Una vez terminé el examen del EIR2013, decidí dejarlo por unos meses y
no me apunté a ninguna academia, creía que con el material que ya
disponía era suficiente.
Decidimos que nos merecíamos
desconectar unos días ya que el EIR, no sólo agota al opositor, sino que
también a los que tienes a tu alrededor, a pesar de que siempre han
estado a mi lado y dándome ánimos y sobretodo confiando en mi. Tal vez
no era consciente hasta que me decían que el piso estaba lleno de
apuntes, tests, simulacros y que ya no se aguantaba más jejeje. Así que
decidí meterlos todos en una bolsa de estas grandes del Carrefour, los
metí en el armario y nos fuimos a pasar una semanita de vacaciones a
Berlín.
A la vuelta empecé a trabajar hasta que en el mes de
agosto-septiembre, sabiendo que empezaban las segundas vueltas en las
diferentes academias, decidí hacerlo con IFSES nuevamente y empecé justo
en septiembre hacer el Intensivo. Después de casi 6 meses, me volví a
leer los apuntes y memorizar cosas que por cierto ya me sonaban casi
todas. Iba haciendo los simulacros mensuales e hice el presencial en
Madrid en el mes de Noviembre. Mis notas con el respecto de opositores
era muy altas. Casi todos los meses llegaba a estar entre los 10
primeros de los 1000 examinados, también porque muchas preguntas se
repetían de años anteriores y me las sabía de memoria.
Cambié de
trabajo justo ese mismo verano cosa que me dificultaba seguir el ritmo debido a
los horarios que tenía. Tan sólo podía estudiar 2-3 días entre semana y
sobretodo los findes que era cuando nos gustaba salir y desonectar a
Salou, al apartamento de la playa.
En el mes de Octubre con
15 días de Vacaciones, hicimos uno de los viajes más bonitos de toda mi
vida: Budapest. Fue un viaje para enmarcar, una ciudad que realmente nos
sorprendió muy gratamente.
Con las pilas bien cargadas a la vuelta,
seguí con mi estudio. Sabía que no estaba haciéndolo bien, pues no
seguía casi ninguna semana la asignatura que debía estudiarme.
IFSES,
es una academia que te prepara estupendamente bien. Su temario, ameno y
dividido en 32 temas es muy enfermero y se asemeja mucho a lo que te
pregunta el Ministerio. Además Ana Rincón, tiene un sexto sentido a la
hora de hacer los simulacros y adivinar lo que cree preguntarán el año
siguiente. Y la verdad es que acierta bastante.
Llegó Noviembre e
hicimos otra escapada a Madrid dónde se realizaba el simulacro
presencial, el único que hice ese año. Nos hospedamos nuevamente en el
centro, en un hotel muy acogedor esta vez y me fui a hacerlo a otro hotel que estaba muy cerca del Retiro. Una vez ya todos sentados, apareció Ana, fue muy gratificante que a lo lejos me saludara y viniera a
darme un abrazo en mitad de toda la clase. Me hizo subir los colores
jejeje. Me comentó que porqué no había asistido a las clases de la
mañana, ya que ella daba la asignatura de Psicosocial y me tuve que
excusar diciéndole que habíamos llegado tan sólo hacía un par de horas. Empecé el simulacro, respiré hondo y fui contestando.
Hacer un
simulacro presencial te ayuda muchísimo. No es lo mismo que cuando lo
haces en casa, dónde aunque intentes hacerlo sentado, sin levantarte y
en las condiciones más reales posibles, a veces es imposible. Lo más
productivo es que al finalizar, Ana, se queda para corregir las
preguntas más controvertidas y nos hace participar a todos, enseñándonos
técnicas de test, saber buscar los Coches, los Lichis, Hamburguesas,
identificar las preguntas "Bala" o simplemente marcar un Gol de Iniesta.
Jajajaja.
En cuatro horas de examen que nos dan, el simulacro lo hice
en prácticamente 2. No podía esperarme otras dos más y luego a la
correción porque me estaban esperando. Ana luego me dijo que me estuvo
buscando pero ya no estaba. Introduje mis respuesta en la plataforma
mientras iba en el metro, con el móvil y cuando llegué al hotel, ya
tenía mis netas y mi posición provisional. Muy buena por cierto. Regresé
al hotel, nos fuimos a cenar y luego de fiesta por la movida Madrileña.
Regresamos
a Tarragona y ya estaba pensando en Diciembre para hacer el siguiente presencial. Sabía que me quedaban prácticamente 2 meses para apretar y esos meses son
cruciales. Como siempre el trabajo me imposibilitaba dedicarme las horas
que yo hubiese querido y los findes casi siempre nos íbamos fuera, así
que veía cada vez más cerca el 1 de febrero y tenía la sensación que no
estaba como el año pasado, pese a que los simulacros me salían geniales.
En Diciembre para postre no pude asisitir al simulacro presencial de
Barcelona y nos escapamos a Bruselas 3 días.
Pasaron las Navidades, trabajando para variar y pedí con las campanadas mi deseo para el 2014: Volver a ser residente!
Enero
pasó volando, hasta el día antes del examen estuve trabajando. Me fui
como el año anterior a casa de mis padres. Intenté descansar pero lo
hice muy mal. Me levanté muy cansado y con la cabeza espesa. Esta vez
fui solo en tren y me planté en la Facultad de Derecho de Barcelona,
como un flan.
Desde que nos fueron llamando hasta que entramos
pasó más de media hora y para colmo cuando nos dieron los cuadernillos
estaban tan mal grapados que tuvimos que ir arrancando las hojas una a
una para poder leer las preguntas. El aumento de las preguntas a 190,
causaba ya un cansancio, pero sabía que tendría tiempo suficiente, así
que fui haciendo descansos, me evadía un poco y lo volvía a retomar. Es
una técnica que a mi personalmente me va muy bien. Arriesgué a tope,
para variar en mi, pero resulta que en este examen había que arriesgar
puesto que la dificultad fue muchísimo menor. Salí muy muy contento
porque me pareció fácil y sabia que tendría muy buen resultado.
La sensación después de haberlo hecho fue de una increible tranquilidad que yo recuerde no tenía en mucho tiempo.
Cogí el tren en Sants y regresé con una sonrisa de oreja a oreja a mi ciudad, hasta que supe la triste verdad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario